domingo, 11 de noviembre de 2012

Más sobre amar más

Buenas noches a todos:

Cada día escribo movido por algo que veo, siento o padezco en los días previos. Hoy me ha tocado la fibra sensible un vídeo que encarna ciertos valores que admiro, y que como colofón, presenta ciertas frases que encajan a la perfección en mi filosofía de vida. Es este.

Porque, siguiendo con el tema de entradas pasadas, ¿quién no ha sentido felicidad ayudando a alguien, al ver que este prospera y consigue salir del problema que te motivó a ayudarlo? O, ¿quién no ha sentido nunca esa desazón, o esa sensación que te hace emocionarte cuando empatizas con alguna persona que pasa por un aprieto? Podría poner mil y un vídeos conmovedores en esta entrada, y acabaríamos todos en un valle de lágrimas. Va a ser más fácil que cada cuál se sienta identificado en lo que le toque.

Pero si la afirmación anterior, que parece tan categórica, es cierta; ¿por qué no vivimos con ese principio grabado a fuego en nuestra piel? Mientras cada día de nuestra existencia, debería de comenzar con un propósito de buenas obras, al poner el pie en el suelo, sentado en la cama; lo que hacemos es amanecer con cara "larga" y, si se tercia, unas cuantas maldiciones contra el despertador y la "madre que lo parió". Esto, nos pasa a todos. Pero, ¿no sería más fácil levantarse pensando en algo que pudiésemos hacer "a derechas"? Pues nada, imposible. Yo tampoco lo consigo, eh!

Sin embargo, desde hace ya unos cuantos meses; hay algo que no me deja dormir bien, y que ocupa mi mente mientras el agua de la ducha me resbala por la cabeza. Precisamente, tiene que ver con esta necesidad de sentir felicidad, de sentir la empatía con el prójimo de la que hablaba.

Ha llegado un momento de mi vida, en el que dos facetas se han desdoblado. Mientras una de ellas se alimenta mientras dura mi jornada; aprendiendo, y progresando en mi carrera para ser un ingeniero industrial. Mientras estudio modelos, teoremas y topologías para desarrollar sistemas automáticos, robots, o aplicaciones de inteligencia artificial; la otra faceta me come por dentro. Porque esa otra parte, tiene hambre y, necesita también atención.

Por eso, hace unos meses que, para dar respuesta a "mi otro yo", mi cabeza ha empezado a pensar, en su tiempo libre, acerca de cómo puede satisfacer esa necesidad. Las ideas van brotando, y lo peor es que no las puedo controlar. No las puedo controlar, porque, además, vivimos en un tiempo en el que esa otra faceta del ser humano, la que no se refiere al propio bienestar, sino al del prójimo; es cada vez más necesaria. Pero, como aún no está madura la idea, no la puedo expresar. Lo único que sé, es que, llegado el momento, puede mover a muchos de vosotros. A aquellos a los que creo conocer bien, y que, precisamente, llegado el momento, podéis ser pieza clave; y mi apoyo.

Iré dando más detalles. Pero por ahora, creo que la pista principal, es una frase del final del vídeo arriba mencionado, y que definirá lo que más de uno ha sentido, seguramente ya, en algún momento:
"El amor no es algo que puedas sentir o decir cuando todo está calmado y en paz. El amor, es lo que muestras al procurar el bien de los demás, satisfaciendo tus necesidades al disfrutar del triunfo de aquellos que son objeto de tu amor"
Y sin más que decir por hoy, me despido con este vídeo para vosotros. Oído atento a las voces que tenemos en el mundo. El Ser Humano es capaz de las mejores y las peores cosas en este planeta. Además, es una gran iniciativa.


Un saludo, y hasta la próxima.

PD: Voy a añadir una nueva herramienta a cada entrada para que podáis valorar como de interesante o bien escrito está el post. Agradezco las pulsaciones para valorarme. 



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